Es común en los que empezamos a escribir que, al querer ser específicos con las descripciones y las acciones, llenemos las oraciones de adjetivos y adverbios. Esto puede ser contraproducente además de ser síntoma de una escritura vaga y poco precisa.
El cometido de los modificadores en el lenguaje es dotar de cualidades a una acción o a un objeto, pero no necesariamente hacen que estén mejor especificados o se les dé más énfasis.
La necesidad de Modificadores
Los adverbios y los adjetivos son necesarios pero con frecuencia contribuyen a crear oraciones poco inspiradas y a sobrecargar descripciones planas. En la práctica, los modificadores hacen poco en una oración y lo normal es que cuando se quitan su sentido a penas cambie.
Original:
Recorrió azarosamente el largo pasillo para llegar a la cocina.
Mejorada:
Recorrió el pasillo para llegar a la cocina.
En busca de la Precisión
Los adjetivos y los adverbios son fáciles de elegir mientras que encontrar los sustantivos o los verbos correctos que especifiquen el aspecto que quieres describir es más difícil. En lugar de colocar adjetivos o adverbios baratos busca verbos vigorosos y nombres que evoquen imágenes únicas.
Sé específico, concreto y dibuja una imagen tan precisa como sea posible del objeto o la acción que estás tratando de describir.
Original:
Recorrió alegre el camino hasta llegar a la fuente.
Mejorada:
Brincó por todo el camino hasta que aterrizó en el borde de la fuente.
Estimula la imaginación
Es preferible sustituir los modificadores por verbos y sustantivos porque estos últimos estimulan más y mejor la imaginación. Unos verbos o sustantivos bien elegidos crean mejores imágenes en la mente del lector. Cuanto más específicas sean tus palabras más estimulante será su lectura y con más facilidad se agarrará el lector a ella.
Asegúrate que tus descripciones despiertan los sentidos. Cuando apelas a ellos no solo nos cuentas cómo es algo, nos pides que imaginemos cómo ese algo se siente.
Original:
La suciedad cubría todo el bar y me encontraba incómodo.
Mejorada:
Al entrar en el bar las zapatillas se agarraron al suelo por un refresco derramado. Olía tanto a aceite requemado que di por hecho que la salida de humos de la cocina daba al comedor. Recorrimos las mesas entre los gritos de los otros clientes hasta que encontramos una mesa libre y nos sentamos. Apoyé las manos sobre la mesa y la grasa me impregnó los dedos. No miré en qué estado se encontraba la silla cuando me senté. Ahora prefería no saberlo. Eché la espalda hacia delante para no tocar el respaldo.
Esta es la técnica de Desempaquetar. Puedes repasarla en el artículo Los verbos abstractos. Desempaquetar.
Utiliza modificadores
Todo esto no significa que debas eliminar cada modificador de tu texto. Mantén solo los absolutamente esenciales para mantener la fuerza y la claridad de tus oraciones.
Puedes utilizar modificadores indiscriminadamente durante el primer borrador para no detenerte. En las revisiones, esos modificadores, serán una marca de las frases que debes reformular hasta dar con los verbos y nombres correctos.
En resúmen
- Cambia los adjetivos y adverbios por verbos y nombres que evoquen mejores imágenes.
- Revisa esas frases que tienen un adverbio solo por modificar un verbo genérico.
- Escoge los verbos y los sustantivos más precisos para representar la acción.
- Procura que tu escritura estimule los sentidos y la imaginación del lector.
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