En el artículo anterior vimos cómo crear misterios como técnica para crear tensión en nuestra historia. En este artículo veremos otra técnica más para que el lector se enganche a la historia.
El más común de todos los objetivos no resueltos es la tensión sexual entre dos personajes. Es típico que un personaje se enamore de otro pero por timidez no es capaz de declararse o en el momento en que va a hacerlo surge una llamada telefónica que se lo impide o le falta valor para no quedar en ridículo si no es correspondido. Si los personajes se unen al final, vivirán juntos y felices y si dan el paso en mitad de la trama lucharán juntos por los intereses del otro, pudiendo el enemigo aprovecharse de esa relación sentimental como punto débil para intentar que no consigan su objetivo.
Una de esas razones puede generalizarse y utilizarse en otras situaciones. La falta de seguridad puede hacer que nuestro personaje exprese su miedo a un acontecimiento al que sabe que se tiene que enfrentar tarde o temprano, pero que sin embargo intenta aplazar lo más que puede. Por ejemplo, la madre que no le ha dicho a su hijo que es adoptado y teme que se entere de quién es su verdadera familia. El interés del lector sobre cómo reaccionará el personaje al enterarse, si ello puede dar un vuelco a la historia o cambiar al propio personaje y sus prejuicios, le mantendrá pendiente de la lectura.
Otra forma de crear objetivos no resueltos es con la priorización de cada personaje. Como en la vida real, al personaje se le acumulan las situaciones que resolver y por ello tiene que dar prioridad a unas antes que a otras. De esta manera podemos marcar más la personalidad del personaje y su escala de valores. Por ejemplo, el investigador encuentra una nueva pista que puede esclarecer uno de los misterios de la historia y cuando se dispone a ir a entrevistarse con la persona que cree que le va a dar la solución recibe una llamada de su mujer diciéndole que su hijo ha tenido un accidente y se encuentra muy grave. El investigador tiene sus prioridades, así que debe dejar el esclarecimiento del misterio para ocuparse de momento de su hijo que está hospitalizado y se encuentra metido en un lío de drogas del que no sabía nada.
De esa manera el lector queda intrigado en saber cómo saldrá el protagonista de la nueva situación, o cómo escaparán ahora los personajes de la mansión en la que están encerrados, o qué implica en la historia esa nueva información que acaban de recibir.
Los cliffhangers suelen aparecer al final del capítulo, continuando el capítulo siguiente con una subtrama que relaje la tensión dramática. Ese capítulo con la subtrama puede acabar también con otro cliffhanger para no darle tregua al lector y que siga enganchado.
Este efecto describe la tendencia a recordar mucho mejor las tareas interrumpidas o que han quedado inacabadas que las tareas que han finalizado y se basa en la motivación humana de terminar lo que se ha empezado.
El efecto Zeigarnik tiene su aplicación para mantener enganchado al lector en la historia mediante los mencionados Cliffhangers, pero también la tiene para el escritor cuando está desarrollando la historia.
Es conocida por muchos la famosa técnica del escritor que dice que debe dejar de escribir en una parte de la historia en la que sabe perfectamente cómo debe continuar, de esta manera, la siguiente vez que se ponga frente al escrito para continuarlo no tendrá problemas para hacerlo, ya que de lo contrario, si tuviera que empezar una subtrama o una escena nueva podría encontrarse con el también conocido bloqueo del escritor.
Imagen | bing.com
Más información sobre Cliffhangers en Wikipedia.
Más información sobre el Efecto Zeigarnik en Wikipedia.
Objetivos no resueltos
No se deben confundir con los misterios. En este caso el personaje tiene bien claro qué debe hacer y adónde quiere llegar pero por ciertas razones no consigue alcanzar su objetivo.El más común de todos los objetivos no resueltos es la tensión sexual entre dos personajes. Es típico que un personaje se enamore de otro pero por timidez no es capaz de declararse o en el momento en que va a hacerlo surge una llamada telefónica que se lo impide o le falta valor para no quedar en ridículo si no es correspondido. Si los personajes se unen al final, vivirán juntos y felices y si dan el paso en mitad de la trama lucharán juntos por los intereses del otro, pudiendo el enemigo aprovecharse de esa relación sentimental como punto débil para intentar que no consigan su objetivo.
Una de esas razones puede generalizarse y utilizarse en otras situaciones. La falta de seguridad puede hacer que nuestro personaje exprese su miedo a un acontecimiento al que sabe que se tiene que enfrentar tarde o temprano, pero que sin embargo intenta aplazar lo más que puede. Por ejemplo, la madre que no le ha dicho a su hijo que es adoptado y teme que se entere de quién es su verdadera familia. El interés del lector sobre cómo reaccionará el personaje al enterarse, si ello puede dar un vuelco a la historia o cambiar al propio personaje y sus prejuicios, le mantendrá pendiente de la lectura.
Otra forma de crear objetivos no resueltos es con la priorización de cada personaje. Como en la vida real, al personaje se le acumulan las situaciones que resolver y por ello tiene que dar prioridad a unas antes que a otras. De esta manera podemos marcar más la personalidad del personaje y su escala de valores. Por ejemplo, el investigador encuentra una nueva pista que puede esclarecer uno de los misterios de la historia y cuando se dispone a ir a entrevistarse con la persona que cree que le va a dar la solución recibe una llamada de su mujer diciéndole que su hijo ha tenido un accidente y se encuentra muy grave. El investigador tiene sus prioridades, así que debe dejar el esclarecimiento del misterio para ocuparse de momento de su hijo que está hospitalizado y se encuentra metido en un lío de drogas del que no sabía nada.
El Cliffhanger
Es una técnica cada vez es más utilizada que consiste en interrumpir la narración en un momento determinado, generalmente cuando ocurre algo inesperado, para continuar describiendo otra trama de la historia o cambiar de capítulo.De esa manera el lector queda intrigado en saber cómo saldrá el protagonista de la nueva situación, o cómo escaparán ahora los personajes de la mansión en la que están encerrados, o qué implica en la historia esa nueva información que acaban de recibir.
Los cliffhangers suelen aparecer al final del capítulo, continuando el capítulo siguiente con una subtrama que relaje la tensión dramática. Ese capítulo con la subtrama puede acabar también con otro cliffhanger para no darle tregua al lector y que siga enganchado.
Efecto Zeigarnik
Es el efecto psicológico que explica el funcionamiento de los cliffhangers, entre otras cosas.Este efecto describe la tendencia a recordar mucho mejor las tareas interrumpidas o que han quedado inacabadas que las tareas que han finalizado y se basa en la motivación humana de terminar lo que se ha empezado.
El efecto Zeigarnik tiene su aplicación para mantener enganchado al lector en la historia mediante los mencionados Cliffhangers, pero también la tiene para el escritor cuando está desarrollando la historia.
Es conocida por muchos la famosa técnica del escritor que dice que debe dejar de escribir en una parte de la historia en la que sabe perfectamente cómo debe continuar, de esta manera, la siguiente vez que se ponga frente al escrito para continuarlo no tendrá problemas para hacerlo, ya que de lo contrario, si tuviera que empezar una subtrama o una escena nueva podría encontrarse con el también conocido bloqueo del escritor.
Imagen | bing.com
Más información sobre Cliffhangers en Wikipedia.
Más información sobre el Efecto Zeigarnik en Wikipedia.
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