Siguiendo con las técnicas de tensión en la escritura de historias y continuando el tema anterior en el que explicábamos los objetivos no resueltos, en este artículo hablaremos de las dudas.
Una historia que presente dudas puede estar contada por un narrador-testigo o investigador que relate su experiencia en algún acontecimiento así como los interrogantes que se le presentan para que más tarde termine desvelándolos.
Una variante de esto puede ser que el personaje ignore algo y pregunte a varios testigos o implicados y obtenga versiones diferentes. ¿Alguien miente? ¿Todos dicen la verdad bajo su perspectiva? ¿Se protegen mutuamente?
Este último ejemplo es muy común en las novelas policíacas, en las que para resolver un misterio, las trabas que encuentran son precisamente las dudas que puedan generar los testigos y las pruebas.
Otra forma de crear tensión mediante la duda es presentar al protagonista en una encrucijada en la que deba tomar una decisión. En este caso se deberían especificar los pros y los contras que presentan tomar una o otra opción así como la desesperación del personaje por elegir la mejor decisión. Triunfan en esta parte las decisiones que deben seguir o bien la razón o bien el corazón del personaje.
Podemos enlazar la duda con el método del artículo anterior Objetivos no resueltos, si la decisión a tomar la dejamos aplazada para hacer otra cosa.
En resúmen, podemos crear tensión mediante la duda con un narrador-testido o investigador, dándo varias versiones de un mismo hecho o teniendo que tomar una decisión que podemos aplazar.
Las dudas
Al contrario que los misterios, las dudas nos ofrecen opciones por las que decantarnos. No existe ningún hueco en la historia sino la inseguridad de conocer la respuesta exacta o tomar la mejor elección.Una historia que presente dudas puede estar contada por un narrador-testigo o investigador que relate su experiencia en algún acontecimiento así como los interrogantes que se le presentan para que más tarde termine desvelándolos.
Una variante de esto puede ser que el personaje ignore algo y pregunte a varios testigos o implicados y obtenga versiones diferentes. ¿Alguien miente? ¿Todos dicen la verdad bajo su perspectiva? ¿Se protegen mutuamente?
Este último ejemplo es muy común en las novelas policíacas, en las que para resolver un misterio, las trabas que encuentran son precisamente las dudas que puedan generar los testigos y las pruebas.
Otra forma de crear tensión mediante la duda es presentar al protagonista en una encrucijada en la que deba tomar una decisión. En este caso se deberían especificar los pros y los contras que presentan tomar una o otra opción así como la desesperación del personaje por elegir la mejor decisión. Triunfan en esta parte las decisiones que deben seguir o bien la razón o bien el corazón del personaje.
Podemos enlazar la duda con el método del artículo anterior Objetivos no resueltos, si la decisión a tomar la dejamos aplazada para hacer otra cosa.
En resúmen, podemos crear tensión mediante la duda con un narrador-testido o investigador, dándo varias versiones de un mismo hecho o teniendo que tomar una decisión que podemos aplazar.
Imagen | bing.com
Comentarios
Publicar un comentario