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Los personajes

Hoy toca hablar de uno de los elementos más importantes de la narración: los personajes. Para hablar de ellos sería necesario clasificarlos de distintas maneras, vamos a verlas.

Según su función y peso dentro de la historia podemos distinguir los siguientes tipos de personajes:
  • Personajes principales. Son los que llevan el peso de la acción. Dentro de estos están:
    • Protagonista. Desempeña la función fundamental y determina la función del resto de personajes dentro del relato. Los protagonistas pueden ser de dos tipos:
      • Individual. Un personaje.
      • Colectivo. Grupo de personajes que se mueven como si fueran uno, bien por intereses comunes o bien por una misma actitud.
    • Antagonista. Es el personaje que se opone o está en conflicto con el protagonista.
  • Personajes secundarios. Son menos significativos que los principales pero pueden llegar a tomar gran relevancia en la historia.
  • Personajes fugaces. Aparecen con una función no fundamental y luego desaparecen.
Otra clasificación que podemos hacer de los personajes se basa en su caracterización. Así pues existen:
  • Personajes planos. Aparecen caracterizados a grandes rasgos, se adaptan a lo que se espera de ellos y no evolucionan; suelen ser personajes tópicos.
  • Personajes redondos. Su mundo interno es muy complejo y contradictorio. Evolucionan a lo largo del relato.

Técnicas de caracterización

Ahondando en esto podemos crear personajes mediante los siguientes métodos de caracterización:
  • Caracterización directa. Decimos explícitamente las características del personaje.
  • Caracterización indirecta. Se deducen sus rasgos a partir de acciones, pensamientos y relaciones con otros personajes.
Las técnicas que podemos aplicar para la caracterización son:
  • Descripción. Es una caracterización directa y por tanto se enumeran las características del personaje explícitamente.
  • Diálogo. Mediante la conversación con otros personajes se va mostrando la opinión del personaje sobre los temas tratados, bien dado su opinión, haciéndolo reaccionar a las opiniones del interlocutor, eligiendo un lenguaje que se adecúe a su caracter, su educación, su nivel social...
  • Monólogo interior. Podemos desdoblar esta técnica en dos:
    • Flujo/corriente de conciencia. Representa los pensamientos más cercanos al subconsciente sin ser organizados, mezclando recuerdos y asociaciones cortadas.
    • Soliloquio. Muestra los pensamientos y reflexiones de manera organizada.
Pero aún hay más. Otra forma de caracterizar a los personajes es mediante atributos propios:
  • Nombre. El nombre escogido para los personajes es el principal atributo caracterizador, es el que lo identifica y le confiere unas señas de identidad.
  • Objeto. Un complemento del personaje puede caracterizarlo. Según su función existen dos tipos:
    • Indicial. Sirve para distinguirlo de otros. Muy común para caracterizar a los personajes fugaces a los que no se les quiere dar un nombre; un ejemplo: la chica del vestido azul.
    • Simbólico. Representa alguna característica esencial del personaje; por ejemplo, un monóculo caracterizaría a un aristócrata.

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